Cómo afecta el estrés a nuestra salud bucodental

toy-668691_960_720.jpg

¿Alguna vez que te hayas sentido en tensión o en estado de nervios has notado que apretabas tu dentadura? Es uno de las manifestaciones más características del estrés, el cual también pone en jaque a nuestra salud bucodental, primordial para la salud general de nuestro cuerpo. Saber controlar el estrés es uno de nuestros grandes retos como individuos de una sociedad que vive a toda velocidad y para combatirlo, cómo no, también tenemos que tener en cuenta nuestra salud bucodental.

La vida transcurre muy a prisa en el siglo XXI. Difícil es encarar una nueva semana sin que la idea de todos los compromisos y deberes que nos guardan nos abrume en un primer momento y conforme avanzan los días y aumentan los retos afecte a nuestra autoestima. El estrés en sí lo pone todo patas arriba: amenaza nuestros horarios y desordena nuestros hábitos.

Entre sus manifestaciones físicas está, así pues, el trastorno en nuestra salud bucodental, puesto que la reducción de tiempo libre o de relajación obliga a modificar hábitos como pueden ser los alimenticios. Una dieta insana, comer entre horas o el descuido en algunos de los cepillados dentales diarios, sobre todo cuando se repiten o prolongan en el tiempo, pueden provocar la aparición de enfermedades periodontales -gingivitis- y la proliferación de bacterias en nuestra boca.

La gingivitis es la enfermedad más sintomática de un estado de estrés, pues viene precedida de un mayor consumo de alimentos con alto contenido de azúcares fuera de horario, como pueden ser los ‘snacks’ de entre horas, que difícilmente son seguidos de una higiene bucodental como sí tienen comidas estipuladas en el día como, por ejemplo, el desayuno, la comida o la cena. Este descuido puede provocar la inflamación de las encías, que en un estado avanzado de la enfermedad conduce a otros problemas como la pérdida de hueso alveolar y adherencia.

Sin embargo, no es ni mucho menos la única manera que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que sufrimos estrés a través de nuestra boca. Veamos otras manifestaciones:

  • Xerostomía: es el síndrome de la boca seca. El estrés puede provocar sensación constante de sequedad bucal por la pérdida de propiedades protectoras de la saliva, en beneficio de las bacterias.

  • Aftas: cuando notamos la aparición de pequeñas úlceras aftosas o llagas es un claro síntoma de que sufrimos estrés y la rigurosidad en nuestra alimentación está viéndose afectada por ello.

  • Herpes labial: nuestro cuerpo lo libera cuando siente estar sufriendo estrés, fatiga o dolor emocional.

  • Bruxismo: estar en tensión nos hace presionar la mandíbula, provocando el desgaste de los dientes y daños en los músculos que mueven los maxilares. Sentimos este dolor especialmente al despertar cada mañana.